Libertad confusa

La libertad guiando al pueblo (Delacroix, 1830). ¡Qué gran obra pictórica! No sólo por su técnica (gran pintura perteneciente al Romanticismo), sino por el simbolismo que encierra, la unión de clases sociales en la lucha conjunta por la libertad de todo un pueblo, en este caso del pueblo francés. Esta belleza me sirve como punto de partida, para seguir con el esbozo de libertad que ya tracé en mi entrada anterior. 

Es un tema que me preocupa, como veis. Y me preocupa sobretodo, el significado creo erróneo que se le está otorgando a este sustantivo, que a mi parecer se usa demasiado a la ligera, en numerosas ocasiones se pervierte y se practica únicamente para beneficio propio, sin importar la intimidación o las faltas de respeto al prójimo. Esta falsa libertad nada tiene que ver con la representada en el cuadro anterior. Me da la impresión que actualmente muchas personas confunden esos principios e ideales revolucionarios de aquellas épocas, en momentos clave, con derechos a tutti plen, 0 obligaciones y rayando continuamente la mala educación.

Ahora quiero presentarte unas frases, unos ejemplos cotidianos, que seguro has vivido alguna vez, y así puedas reflexionar sobre ellos, si te apetece.

¿Qué piensas cuando lees esto?
  • Libertad de un niño en la escuela creando su pintura, escogiendo los colores que más le gustan o que cree que le van a ir mejor o seleccionando materiales para un collage que está componiendo.
  • Libertad en coger el mando de la televisión, y pulsar el número de canal que te apetece ver en ese preciso momento. Aunque estás expuest@ a que quién convive contigo no quiera ver lo mismo e intente negociar un cambio o ceda, dependiendo de vuestros acuerdos habituales y maneras a las que estáis acostumbrados.
  • Ser libre de comprar las galletas con o sin azúcar, o productos con o sin lactosa, ateniéndose a las consecuencias (soy intolerante a la lactosa, sí, es una murga).
  • Libertad a la hora de escoger un asiento para un concierto, siempre y cuando queden de esa categoría. (Aquí la libertad se paga, lo sé).
  • Ser libre de ir descalz@ por tu propia casa.  

¿Y cuando lees esto otro?
  • Ser libre de dejar la caca de tu perr@ en la calle.
  • Libertad de colarte en cualquier cola habida y por haber (museos, mercado, tiendas, etc.).
  • Ser libre de tener mi mesa desordenada, pues es mi mesa. O mi material, como mi flauta, como me he encontrado en el colegio, que cómo era de ellos la podían lanzar por los aires y caer al suelo mil y una vez, y tú profe, no te molestes a decirme nada, porque ya digo, es mi flauta y hago lo que quiero con ella (afirmaciones transcritas literalmente).
  • Libertad de llevar música por la calle, en el móvil o dónde sea, pero sin auriculares, tipo altavoz, que lo oiga todo el mundo, aunque no le apetezca, no le guste, le moleste o rompa su tranquilidad, paz interior.
  • Tener la libertad de asaltarte en la calle con mil y una mandangas (sé que suelen ser buenas causas, pero tenía que llamarlas de alguna manera), qué pereza, me molestan a más no poder, son muy pesad@s, interrumpen mi paseo, sólo porque estoy en un espacio público como es la calle.
Quisiera haber empezado con lo que piensan nuestros grandes filósofos sobre la libertad y cómo ha sido tratado el término a lo largo de los siglos, su evolución en el tiempo y las diferentes reflexiones en relación a él, pero he creído más oportuno apoyarme antes en unos ejemplos, para poder entender mejor el concepto. 

Qué tienen en común las primeras cinco frases y en qué se diferencian de las cinco siguientes, a grosso modo. Pues ya lo ves, el respeto al otro, la sensatez, la cordura, la lógica, el cumplimiento de las normas básicas de convivencia y no la preocupación únicamente de uno mismo, de satisfacerse  personalmente a costa de molestar al otro; luego, no te lo pierdas, estos son los que más se quejan, a la mínima que ven coartada su libertad (susceptibles lo son un rato), aunque no sea cierto. De aquí vienen las frases que tanto oímos últimamente: la libertad de uno acaba donde empieza la del otro, o parece que tiene todos los derechos del mundo pero ninguna obligación.

Sigo sin entender muchas cosas del mundo actual, el porqué de la manera de actuar de muchas personas, y por eso he decidido reunir en una infografía (mi primera infografía, aclaro y advierto) lo que sería para muchos intelectuales la libertad, para que puedas reflexionar como yo, a partir de esa información, presentada de una manera más o menos ordenada y visual.

Aquí la tenéis:





¿Os acordáis de Botticelli y su Venus idealizada de la que os hablaba la semana pasada? Botticelli ejerció su libertad a la hora de mostrar una Venus púdica, que hacia siglos no reaparecía. Teniendo en cuenta las características de libertad desarrolladas en la infografía, ¿creéis que siendo totalmente libre, el artista molestó, ofendió a alguien con su obra, entonces un tanto transgresora? 

Me planteo un nuevo dilema, la verdad. Yo que pensaba que con mis admirados filósofos lo arreglaría... Eso es precisamente filosofar, cuestionarse cosas, no dar respuesta o solución a las mismas. Sinceramente, pienso que la libertad tiene mucho de respeto, pero últimamente me doy cuenta que el respeto está siendo más relativo y subjetivo que nunca. ¿Te has planteado alguna vez hasta dónde llega tu respeto y hasta dónde tu libertad?

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