A estas alturas, los que me seguís,
ya sabéis que tan pronto puedo elucubrar en torno a una obra pictórica
renacentista como El Nacimiento de Venus o La Venus de Urbino, como reflexionar
sobre el amor como en El Beso, de Klimt, o sobre las emociones y el
pensamiento, como en Figura en una ventana, de Dalí. Como veis, estoy abierta a
muchos estilos, a muchos movimientos artísticos. Me gusta el arte en general,
lo bello (para cada uno distinto), lo no tan bello, lo diferente, lo auténtico,
lo misterioso. Esta es la palabra clave de hoy: misterio.
¿No me digáis que no es misteriosa
la escena de los dos amantes besándose con la cara tapada? No me he podido
resistir a analizar esta obra. Debo confesar que últimamente siento una
atracción especial hacia el surrealismo. ¿Me estaré volviendo del todo tarada, más
de lo que ya estaba? Psicoanalistas en la sala, ¿qué significado puede tener
tal tendencia? ¿Estoy rozando más que nunca la locura? ¿Me hastía la realidad y
me refugio en lo absurdo?
Se dice que el surrealismo se nutre
de destruir el entendimiento común de lo que se considera “normal”. Así, querer
sobreexplicar una obra surrealista sería destruir esa posibilidad. Seguidores,
defensores acérrimos surrealistas, absteneros de leer este post. Necesito
encontrar el significado del cuadro que nos ocupa hoy. Es casi de “vital”
importancia para mí, aunque sé que no va a ser posible, sino no sería una
pintura surrealista.
Hoy es el turno del belga René
Magritte y su obra The Lovers (II) o lo que es lo mismo Los Amantes, pintada en
1928. Este óleo sobre lienzo de 54x73.4cm, lo podéis admirar en el MOMA, en
Nueva York. En la pintura, que estoy segura conocéis o por lo menos, no es la
primera vez que veis, podemos observar los que parecen ser una mujer y un
hombre en actitud amorosa; no me atrevo a afirmar pasional, ya que sus caras
están cubiertas por paños, y los cuerpos tampoco da ninguna pista de ello.
Las caras cubiertas eran muy típicas
en René Magritte. Muchos estudiosos relacionan este aspecto con un hecho
crucial en la vida del pintor: el suicidio de su propia madre. Cuando René
cuenta 14 años, su madre se ahoga tirándose al río. Él presencia cómo la sacan,
y lo que ve se le queda grabado en su memoria para el resto de su vida, es la
cara de su madre envuelta en su propio camisón empapado. Este efecto del paño
mojado, es el que dicen los que lo interpretan así, que reproduce tantas veces
en su obra. Estas interpretaciones no son de ahora; se hicieron en la época del
artista, y él las negó rotundamente.
René escribió:
“Mi pintura son imágenes visibles
que no ocultan nada, evocan un misterio y, de hecho, cuando uno ve una de mis
imágenes, se pregunta a sí mismo esta simple pregunta: ‘¿Qué significa?’ No
significa nada, porque el misterio tampoco significa nada, es incognoscible.”
Aquí aparece el misterio del que os
hablaba al inicio del post.
“El misterio no significa nada”
Cierto.
Perdonad, pero soy incapaz de
reflexionar sobre algo tan incognoscible, algo que no alcanza el intelecto, ¿o
si? ¿El pintor quiere ocultar las identidades? ¿Por qué? ¿Ocultar acaso sentimientos
auténticos? Quiere que imaginemos sus rostros, no que los veamos a simple
vista, eso está claro, no los quiere dar por hechos. A la vez, René nos está
diciendo que el arte es arte, y que de interpretaciones y significados hay los
que quiera la gente que haya; y si tapo las caras, aún habrá más, ¿o las
mismas? ¿Qué pensáis?
Que es un cuadro que intriga y
provoca el pensamiento, lo sabemos; no hay más que verme aquí, escribiendo
sobre él. El simple hecho de saber que debajo de esos paños había o hay unos
ojos que podrían mirarme y no lo hacen, ya me crea una sensación de inquietud,
de incertidumbre, de intriga, pero de curiosidad e interés a la vez. Esto me
recuerda a algunos alumnos de algunas culturas en concreto, con los que nunca
jamás pude llegar a cruzar miradas. ¿Por qué? Porque no me miraban a los ojos
cuando hablábamos. ¿Qué produce esto? Inseguridad y desconfianza hacia esa
persona. Magritte pretendía confundir al espectador tomando escenas u objetos
comunes, en este caso personas, y colocándolos en lugares inusuales o
mostrándolos de una manera inusual; en este cuadro cubriéndoles los rostros.
Vayamos al análisis más formal de
esta obra misteriosa. Como podéis observar, la sencillez de la pintura acentúa
aún más la fijación en ellos, los amantes. Un hombre con posición dominante
sobre la mujer, se nos presenta en el centro de la composición. Dicha
dominación se ve reflejada en la posición del hombro derecho del hombre, con
cierta inclinación y formando un ángulo más que sospechoso. Podrían estar
cogiéndose, pero más bien parece que sea el hombre quien coge o abraza a la
mujer. Lo que está claro es que la pareja se está besando, o al menos eso es lo
que se intuye, a pesar de los paños que cubren ambos rostros. No se ve más que
un trozo del brazo de la mujer; todo permanece cubierto bajo sus ropas y paños
faciales húmedos.
Pero, ¿dónde está esta pareja?
Pudiera parecer que se encuentran en el interior de una sala o habitación, pero
si os fijáis, en lo que pudiera parecer una pared azul, se pueden distinguir
pequeños detalles que denotan que puede tratarse en realidad del cielo, es
decir que se encuentran en un espacio con salida directa al exterior.
Si nos centramos en los colores de
la pintura, hay contrastes pero también paralelismos. La pared roja se
complementa con la vestimenta de la mujer y podría tener muchas traducciones
ligadas a la pareja protagonista: amor, pasión, lujuria, enfado, … ¿Por cuál os
decantáis? Los velos o paños, entre
blanquecinos y grisáceos, podrían tener cierto paralelismo con la cornisa y el
techo, quizás para dar más importancia a los rostros ocultos, reforzando
precisamente esos colores pálidos. En cambio, mantienen un fuerte contraste con
el fondo azul oscuro o el rojo fuerte de la pared.
Siguiendo con los colores, el negro del traje del hombre podría significar la muerte. ¿La muerte del amor? También René dijo que no a este interrogante. Dichas interpretaciones iban en torno a la muerte de su madre, de ahí que dijera que no. Pero yo quiero ir más allá: la muerte del amor, en general. ¿El amor muere? Cuando hablamos de “la chispita del amor”, esa que dura los primero años en las parejas… Seguiré con ello al final de este post, que me voy por los cerros de Úbeda y quisiera antes finalizar este análisis formal de los elementos que configuran esta composición pictórica.
Vuelvo a los paños. Me llama mucho
la atención de qué manera aparecen los pliegues, la tirantez, para no intuir
casi las facciones (sólo la nariz de él y los mentones de ambos), o las vueltas
a la altura del cuello, para que quede bien cogido y no caiga, ni se vea
absolutamente nada que pueda identificar a los dos amantes.
Este cuadro es similar a otro
pintado en el mismo año, bajo el mismo título y del mismo tamaño.
Como podéis comprobar, aquí la
pareja, que no sabemos si es la misma, aparece de frente, sin abrazarse y en un
escenario distinto, en plena naturaleza. Lo podéis admirar en la Galería
Nacional de Australia. Aquí de nuevo, René no quiere se deduzca ninguna facción
que revele la identidad de los amantes, por eso vuelve a presentar las telas
tirantes.
Hasta aquí el análisis formal.
Vayamos ahora al terreno interpretativo.
Muchas interpretaciones han ido en
torno a deseos escondidos o frustrados, beso amargo y frío, acto sin expresión,
sin sentimiento. Pero, sin dejar de dar validez a estas interpretaciones, la
mía va más ligada a la incapacidad del ser humano por mostrar a veces sus
sentimientos verdaderos, su auténtica identidad. Nos podemos pasar muchos años
con una persona, pensar que la conoces de pe a pa, intimamos con ella, creemos
que la conocemos 100%, ¿pero es siempre realmente así? ¿Ha mostrado esa persona
su verdadera naturaleza, su auténtica esencia?
También me muevo por otra
interpretación, este caso en el plano más amoroso: a veces hay quien opta por
amar sin expresar. ¡Qué tontería acabo de escribir! Una no puede existir sin la
otra. Pero estoy segura de que me habéis entendido. Me refiero al hecho de no
comprometerse. Hay parejas que no se muestran en realidad como son, por miedo a
“engancharse” y que después el golpe sea más duro al dejarlo. En este sentido,
salvaguardo mi identidad pura y transparente, para no salir malherido, pero
entonces no sentiré nada, absolutamente nada, ¿o sí? ¡Qué dilema!
¿Qué pensáis vosotr@s del significado del cuadro de hoy? ¿Os gustan este tipo de pinturas tan enigmáticas? ¡Dejadme vuestras impresiones o reflexiones, please!
¡Un abrazo y mil
gracias por estar ahí!
Pues ciertamente es un cuadro muy intrigante y lleno de misterios. Y más aún al ver que el mismo pintor creó otro con ¿la misma pareja? también con los rostros tapados... No sé por qué, pero a mí me hace pensar en alguna posible infidelidad... Un post muy interesante, Silvia. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Pilar!!! Verdad que es inquietante? También pensé la opción de infidelidad, cuando alguien se esconde... no sé, hay tantas interpretaciones! Gracias por participar de ellas, un abrazo fuerte!
EliminarUna obra y un post muy interesantes. Me sugiere anonimato, identidad o incluso intimidad.
ResponderEliminarCon tu reflexión "interpretaciones y significados hay los que quiera la gente que haya; y si tapo las caras, aún habrá más, ¿o las mismas?" se me han venido a la mente los estereotipos que pueda tener el espectador, que se reducen al ocultar los rostros. Pienso que esto puede condicionar la honestidad o transparencia que trasmitescena. la e
Un placer leerte. Saludo! :)
Me encanta tu comentario, la reflexión que haces, estoy totalmente de acuerdo. Gracias por comentar!!
Eliminar@mimamuxi Enhorabuena Silvia! Me has devuelto a mis años de instituto en los que estudiaba Historia del arte y es curioso porque de esta obra recordaba que era una alegoría sobre la ceguera del amor, pero desconocía la trágica historia de su autor. Siempre me transmitió una sensación de tristeza, de frialdad. Ahora quizás entiendo un poco mejor por qué. Gracias!
ResponderEliminarAhhh yo escribo sobre arte gracias a esas horas de historia del arte en el Instituto! A mí tristeza no me transmite, frialdad sí!! Gracias por comentar! Un abrazo!!
EliminarTras leer el post, maravilloso análisis ecléctico donde buscar la razón y un por qué y no precisamente en lo obvio que ya sabemos, el surrealismo, o el suicidio de la madre que él negó, yo interpreto que podría ser un amor prohibido, no sé si conformado sobre la vida personal, o de otros, que por diferentes motivos no podía ser expuesto a la luz pública. Si nos fijamos en los dos cuadros la pareja posa de diferente manera, para mí se quieren en ambas actitudes, hay amor, pero tanto en el cuarto exterior que explaya azul como en el campo están siempre solos, ocultos de otras compañías. Desde mi modesto punto de vista y sin ser entendida en arte. Un placer leer tan magnífica entrada.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu comentario y reflexiones Marisa. Te agradezco mucho que hayas pasado por mi blog, bienvenida!! Un abrazo!
EliminarYo desconocía la obra, lo he presentido por tu entrada y explicaciones y por intuición, basada en una experiencia personal propia. Lo dicho, me gusta tu blog y te leeré frecuentemente.
EliminarMuchas gracias Marisa! No siempre hablo de arte, pero sí a veces! Date una vuelta por el blog cuando te apetezca! Un abrazo!
EliminarMuy interesante este 'artículo' donde sacas a relucir las diferentes interpretaciones posibles para este cuadro al que yo calificaría de -INQUIETANTE-. Podrían caber otra infinidad de interpretaciones de la obra, tantas como miradas. Me han gustado mucho tus reflexiones.
ResponderEliminarSí si exacto, a mí también me inquieta una barbaridad, pero vamos que eso es lo que buscaba Magritte. Me alegro que te haya gustado el post. Un abrazo y mil gracias por pasarte y comentar!!
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