¿Quién no
se ha emocionado con un fragmento musical, una canción? O, ¿quién no ha recurrido a las mismas en momentos
de bajón o al contrario, de alegría y entusiasmo? Yo misma, hace años cuando me
sentía mal, baja de moral, triste, en vez de alegrarme con piezas enérgicas y
movidas, me gustaba escuchar baladas, y además las más melancólicas posibles.
Era como si necesitase llorar, desahogarme, o igual buscaba en la música el
mismo sentimiento que yo sentía en esos instantes. Pero no siempre es igual. En
mi caso ha ido a épocas, y ahora por ejemplo si me siento triste hago todo lo
contrario, busco músicas que me levanten el ánimo.
Pues bien. Lo de hoy viene a ser una práctica
diferente. ¿Qué me transmite la música
cuando la escucho? Música y emociones las mezclo de manera frecuente en mis
clases de música en el cole, y a los críos les encanta. Hoy vamos a conjugar
estos dos conceptos en un fragmento musical muy conocido, sobretodo para los
cinéfilos. Se trata del poema simfónico “Así
habló Zaratustra” de Richard Strauss (1864-1949), concretamente la obertura
o introducción, que en la película “2001:
Una odisea en el espacio”, dirigida por Stanley Kubrick y estrenada en
1968, aparece en el momento inicial de alineación Luna-Tierra-Sol y
posteriormente se va escuchando reiteradas veces durante la primera parte del
film: el amanecer del hombre.
Recuerdo también, antes de adentrarme en impresiones, sensaciones, emociones y análisis varios, que la obra sinfónica fue compuesta en 1896 e inspirada en la obra homónima del filósofo Friedrich Wilhem Nietzsche (1844-1900).
¿Qué relación tienen la música, la peli y el filósofo y su obra? Zaratustra es un profeta ermitaño, que vive recluido en la montaña y decide regresar al mundo para comunicarle el fruto de su conocimiento. Es el mesías que lleva al hombre la noticia de su salvación, proclama la llegada del superhombre. En la peli, el sol como Zaratustra, aparece y desciende sobre la tierra, a la vez que suena nuestro fragmento musical de Strauss, para comunicarle el fruto de su verdad.
Y me dejo ya de datos e información, puesto que lo que me interesa a partir de ahora es dar todo el protagonismo a la parte sensorial, emocional y de sentimientos, en definitiva.
"Mi experimento"
Para el post de hoy he recurrido a una muestra representativa, que se suele usar en estadística, para “mi experimento”. Cinco personas, de diferentes lugares geográficos de procedencia, también de residencia, de edades y sexo distinto, e incluso de profesiones e intereses muy alejados, se ofrecieron a formar parte del asunto que nos ocupa hoy.
Les propuse escuchar la introducción de la obra de Strauss, minuto y medio aprox., y posteriormente me explicaron qué habían sentido al escuchar ese fragmento musical, también en qué les había hecho pensar, ¡por qué no?!, pero sobretodo qué carácter tiene la música y qué emociones les transmitió en el momento de escucharla. Evidentemente, contábamos con un hándicap, que no ayudaba a abstraerse de la película y de sus imágenes. Quería que se centraran exclusivamente en las notas musicales, la melodía, el ritmo, los instrumentos y sus diferentes timbres, el juego de intensidades, …, que olvidaran la imagen por un momento, y se centraran en el sonido.
Mis alumnos, de edades muy dispares, me sorprenden a diario en los diferentes talleres que realizamos de música y emoción. Me doy cuenta de que la música no transmite lo mismo a todos por igual, porque las sensaciones son subjetivas y el mundo emocional de cada uno es auténtico e inigualable. Ya digo, en la escuela, cuando he querido trabajar una emoción en concreto con una música en concreto, casi siempre me ha sorprendido algún niño o niña sintiendo completamente lo contrario a lo que yo pensaba que les iba a transmitir.
Volviendo al tema. Entre mis conejillos de indias hay algunas twitteras entrañables para mí, pues siempre están ahí, en mí/nuestro mundo virtual particular. Les pedí una pequeña colaboración y lo hicieron rapidísimamente. Dijeron que sí, casi con los ojos cerrados. Ahora, me gustaría compartir con vosotr@s sus impresiones, sensaciones y reflexiones, así como las de otros participantes de la muestra.
Para el post de hoy he recurrido a una muestra representativa, que se suele usar en estadística, para “mi experimento”. Cinco personas, de diferentes lugares geográficos de procedencia, también de residencia, de edades y sexo distinto, e incluso de profesiones e intereses muy alejados, se ofrecieron a formar parte del asunto que nos ocupa hoy.
Les propuse escuchar la introducción de la obra de Strauss, minuto y medio aprox., y posteriormente me explicaron qué habían sentido al escuchar ese fragmento musical, también en qué les había hecho pensar, ¡por qué no?!, pero sobretodo qué carácter tiene la música y qué emociones les transmitió en el momento de escucharla. Evidentemente, contábamos con un hándicap, que no ayudaba a abstraerse de la película y de sus imágenes. Quería que se centraran exclusivamente en las notas musicales, la melodía, el ritmo, los instrumentos y sus diferentes timbres, el juego de intensidades, …, que olvidaran la imagen por un momento, y se centraran en el sonido.
Mis alumnos, de edades muy dispares, me sorprenden a diario en los diferentes talleres que realizamos de música y emoción. Me doy cuenta de que la música no transmite lo mismo a todos por igual, porque las sensaciones son subjetivas y el mundo emocional de cada uno es auténtico e inigualable. Ya digo, en la escuela, cuando he querido trabajar una emoción en concreto con una música en concreto, casi siempre me ha sorprendido algún niño o niña sintiendo completamente lo contrario a lo que yo pensaba que les iba a transmitir.
Volviendo al tema. Entre mis conejillos de indias hay algunas twitteras entrañables para mí, pues siempre están ahí, en mí/nuestro mundo virtual particular. Les pedí una pequeña colaboración y lo hicieron rapidísimamente. Dijeron que sí, casi con los ojos cerrados. Ahora, me gustaría compartir con vosotr@s sus impresiones, sensaciones y reflexiones, así como las de otros participantes de la muestra.
@LiditaSwan nos cuenta que después de haber escuchado la intro
musical, el carácter de la misma es, bajo su punto de vista dulce y nostálgico
a la vez. Por otro lado, nos comenta que ella no es de música clásica, pero que
sí está acostumbrada a escuchar otro tipo de música que la suele relajar y la
evade del momento y espacio actual a otro mundo, a otro espacio y tiempo, como
si la música la desplazara, a lo mejor en momentos malos o no muy agradables.
Este fragmento musical en concreto, le ha hecho recordar algo que ama tanto,
como es el cine, uno de sus hobbies favoritos.
Después ha ido más allá y ha explicado que ha sentido como el comienzo de su propia película, dónde se ha imaginado que las cosas cambian y que por fin, cumple su sueño. Por un momento se ha evadido de lo que estaba haciendo y se ha sentido satisfecha, porque era como el comienzo de la narración de lo que le ha costado tiempo conseguir, su sueño.
Después ha ido más allá y ha explicado que ha sentido como el comienzo de su propia película, dónde se ha imaginado que las cosas cambian y que por fin, cumple su sueño. Por un momento se ha evadido de lo que estaba haciendo y se ha sentido satisfecha, porque era como el comienzo de la narración de lo que le ha costado tiempo conseguir, su sueño.
@Madre_Superada nos dice que es imposible no pensar en el espacio al
escuchar esta música. Le hace sentir todo lo contrario a la calma. Es como si
activara su espíritu. Como si su yo interior creciera y se sintiera libre. Se
imagina a si misma echa una bola en el suelo, que al compás de la música se va
estirando, incorporándose, hasta acabar de pie, de puntillas con los brazos
estirados, como cuando coges aire y se te hincha el pecho, y sientes esa
tensión de no caber dentro de ti misma.
Otras personas que forman parte de la muestra, pero
no del mundo virtual, que los llamaremos J, E y F, también han colaborado del
experimento, como podéis leer a continuación.
J me comentó que no le transmitía nada, que
simplemente le había recordado a la peli anteriormente mencionada.
E me facilitó palabras clave que le venían a la cabeza
durante la escucha: espacio, flotando, gigantes, presentación, amanecer. Pero
yo buscaba sensaciones, más que imágenes mentales, así que insistí en el
aspecto que me interesaba y apreté un poquito. ¿Qué te transmite al escucharla?
Entonces, me contestó: primero enfado, después plenitud, éxito, logro, meta,
incluso alegría.
Por último, F
me dijo, que mientras escuchaba a Strauss, le transmitía fuerza, como algo
épico. Y que era inevitable pensar en la famosa película. Sería para él, la
música idónea para un momento final e importante.
Y hasta aquí mis queridos colaboradores, que por
supuesto no voy a entrar a analizar sus reflexiones, porque como he dicho, las
emociones son subjetivas y no me creo con ningún derecho de cuestionarlas o
simplemente pensar y hablar de ellas.
Así que, a partir de ahora, paso a desarrollar de manera muy breve lo que me transmite esta pieza sublime, en la que los crescendos son de vital importancia. Majestuosidad, plenitud, realización (en el sentido de sentirme realizada con mi vida), fuerza interior, tensión inicial, distensión y relajación final.
Cómo veis coincido bastante con la muestra representativa de mi experimento. No me quiero extender, pues no les quiero quitar protagonismo, agradeciéndoles así públicamente su colaboración de manera totalmente altruista. Muchísimas gracias, de corazón. Valoro mucho vuestra generosidad.
Por otro lado, he de confesar que la elección de la música no ha sido aleatoria, ni tampoco por preferencia musical de estilo, época o compositor. Quería saber qué poder de transmisión tiene la música sobre las personas con un ejemplo práctico y simple, ver la relación directa música-emociones. Pero la elección esconde el tema o interés de mi próximo post: Nietzsche. Por ahora no desvelo nada más.
Y después de esta última confesión, quería preguntarte: ¿qué te hace sentir esta música al escucharla? ¿Se parece a lo descrito en la entrada de hoy? ¿Compartimos emociones? ¿Imaginas algo completamente distinto?
Si te apetece, puedes hablar de tus sensaciones más abajo, en el apartado de comentarios. Nada más por ahora. Para el próximo día, una de filosofía, que ya toca, y me apetece mucho muchísimo.
Así que, a partir de ahora, paso a desarrollar de manera muy breve lo que me transmite esta pieza sublime, en la que los crescendos son de vital importancia. Majestuosidad, plenitud, realización (en el sentido de sentirme realizada con mi vida), fuerza interior, tensión inicial, distensión y relajación final.
Cómo veis coincido bastante con la muestra representativa de mi experimento. No me quiero extender, pues no les quiero quitar protagonismo, agradeciéndoles así públicamente su colaboración de manera totalmente altruista. Muchísimas gracias, de corazón. Valoro mucho vuestra generosidad.
Por otro lado, he de confesar que la elección de la música no ha sido aleatoria, ni tampoco por preferencia musical de estilo, época o compositor. Quería saber qué poder de transmisión tiene la música sobre las personas con un ejemplo práctico y simple, ver la relación directa música-emociones. Pero la elección esconde el tema o interés de mi próximo post: Nietzsche. Por ahora no desvelo nada más.
Y después de esta última confesión, quería preguntarte: ¿qué te hace sentir esta música al escucharla? ¿Se parece a lo descrito en la entrada de hoy? ¿Compartimos emociones? ¿Imaginas algo completamente distinto?
Si te apetece, puedes hablar de tus sensaciones más abajo, en el apartado de comentarios. Nada más por ahora. Para el próximo día, una de filosofía, que ya toca, y me apetece mucho muchísimo.
Para mí ha sido un placer participar en tu "experimento". Me encantan este tipo de curiosidades, descubrir asociaciones de ideas, y sensaciones únicas detrás de cada persona ante un mismo hecho, o ante un mismo fragmento musical (en este caso).
ResponderEliminarMe dejas con la intriga de tu próximo post...
Un abrazo!
Ohhh muchas gracias por comentar wapisima!! Me encantó sólo el hecho ya de proponeros algo y que sin oensarlo dijerais que sí. Gracias de corazón! El próximo post será un tostón o no 😅 a ver cómo lo enfoco! Un abrazo! 😘
ResponderEliminarDe verdad, es magia lo que haces con palabras.
ResponderEliminarPara escribir hace falta tener el duende que dicen que tienen los cantantes y tus dedos los tienen. Serías el tipo de profesora que yo querría para que enseñara a mi hija.
De verdad ha sido un auténtico honor participar en este experimiento como tú lo llamas, jamás me había parado a pensar en asociar la música con un sentimiento en sí. Cuando escucho música normalmente me pongo a pensar en mis cosas, pero ese día fue distinto, me vi yo viviendo mi propia vida llegando a lo que tanto ansio.
Gracias por contar conmigo, por tenerme en cuenta. Eres de esas pesronas que enriquecen el alma. Un abrazo enorme
Jolines!!! Me vas a ruborizar! Qué palabras tan bonitas! Te agradezco muchísimo que me hayas ayudado, siempre te implicas un montón en todo, lo veo cuando hablas a las demás en Twitter también. Eres de esas personas que aportan valor y eso no se puede decir de todo el mundo. Gracias por estar siempre ahí guapa!
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