La noche está estrellada, ¿quién la desestrellará?

Ya sabéis que soy profe y por eso estoy acostumbrada a moverme por trimestres, también en mi blog. Este segundo que acaba, quisiera rematarlo con una gran obra pictórica: La noche estrellada, de Vincent van Gogh. 

La busqué, ignorante de mí, desesperada por el museo cuando pisé tierras holandesas natales del pintor. Concretamente la busqué en Amsterdam, en el museo que lleva su apellido. En seguida vi que no estaba allí, sino en el MOMA de Nueva York. Ahí que me fui. No por el cuadro expresamente, no penséis. Pero sí, me fui a la gran manzana, y ya lo he visto afortunadamente, en tres ocasiones. Y la primera sensación fue un poco como el Manneken Pis, en Bruselas o la Gioconda, en el Louvre de París. Más pequeño de lo que me imaginaba. 

A partir de ahora, busco las medidas antes de ver cualquier cuadro importante o que me interesa por x motivos, para no llevarme chascos, que lo único que hacen es restarle encanto y agrado a la obra. Por cierto que, la Gioconda será mi punto de partida del nuevo y último trimestre de la edición 17-18 del presente blog. Así, ya os voy avanzando contenido.

La noche está estrellada. ¿Quién la desestrellará? El buen desestrellador que la desestrelle, buen desestrellador será. Inevitables recuerdos los que os habrán venido ahora, si sois de mi quinta, más o menos, cuando memorizábamos el fantástico trabalenguas del enladrillado, y después inventábamos nuevos con las palabras más sorprendentes e insospechadas. Volviendo al principio. ¿Quién lo va a desestrellar? Las nubes, no hay otra. O igual ese remolino de viento o de emociones, que centra la visión del espectador, en la gran pintura que os quiero acercar hoy. 

La noche estrellada de Van Gogh es de esas muchas obras que me cautivan y no sé exactamente por qué; es por eso que desarrollo un post sobre ella, claro. A priori, el motivo podría ser el uso de los colores, azul y amarillo, llamativos y vivos, que me atraen y me encantan. También pudiera ser la temática nocturna: la luna, las estrellas, lo oscuro pero con luz, que también me gusta. 

Pero hoy quiero ir más allá. Quiero daros mi propia interpretación, aunque sepa de antemano que pueda ser errónea. Como he repetido hasta la saciedad, no soy entendida en arte, sólo una aficionada a la que le gusta admirarlo, analizarlo y reflexionar sobre él; ahora también compartirlo. Allá voy.

Considerada la obra magna del pintor postimpresionista, La noche estrellada es un óleo sobre lienzo de 73,7 cm x 92,2 cm, realizada a mediados del año 1889, 13 meses antes de su muerte. A simple vista podemos observar un pueblo de noche, con algunas casas iluminadas, un gran ciprés, una montaña, un gran cielo estrellado con una luna resplandeciente y un viento abrumador, o si más no, “sospechoso”; luego veréis por qué me refiero a él con este término. Este orden no corresponde a la importancia que creo que le da Vincent, ni tampoco yo a los diferentes elementos. Es un simple orden aleatorio en el que los adjetivos marcan el protagonismo o no, del sustantivo al que acompañan. 

El cuadro está claramente dividido en dos: el cielo y el pueblo, con claro predominio del espacio que ocupa el primero. Hay un elemento vertical importante, que es el ciprés y del que más adelante os hablaré. No busquemos simetrías, paralelismos, ni siquiera perpendiculares. La pintura lejos de ser estática, busca provocar quizás en el espectador aquellas emociones que describió con la pincelada pastosa, formas y colores, su propio autor. Van Gogh no pintaba lo que veía, sino lo que sentía. Pintaba sentimientos y emociones. 

¡Qué mejor cuadro que este para dar significado al título de nuestro blog! Que conste que lo considero también vuestro, desde el momento que empezasteis a colaborar, leyendo y comentando. 

A lo que iba. El dinamismo está presente en esta obra en todos sus rincones: luces de las casas, halos de la luna y las estrellas, remolinos y espirales dibujadas en el cielo. Estos últimos convierten este dinamismo en dramatismo. Y ahí va mi interpretación.

Como todos sabéis, el ciprés se ha relacionado siempre con la muerte, de hecho los cementerios están llenos de ellos. Recordemos que 13 meses separan la realización de este cuadro con la muerte del pintor. 

¿Es posible que Vincent van Gogh supiera que se acercaba su triste final? ¿Pudiera ser este paisaje una imagen de la muerte, de su muerte? 

Y en cuanto al remolino “sospechoso” que os he citado anteriormente podría ser su caos interno, desorden emocional que se encuentra entre medio de la vida (el amarillo de los reflejos de luz, color que tanto gustaba al pintor, recordemos los abundantes girasoles que llegó a pintar, por ser fuente de calor y vida, simbolizaba su mundo interior) y la muerte (la parte inferior de la pintura, oscura, lúgubre, con el gran y tenebroso ciprés que lo acecha). Así, el remolino que une, espacialmente el gigante ciprés con la gran luna-sol, es “sospechoso” de simbolizar aquello que perturba al artista.

A estas alturas de post, os diré que van Gogh, además de ser conocido por la oreja que él mismo se cortó en un momento de gran discusión con el admirado y querido hasta entonces, Gauguin, también es conocida su estancia en el sanatorio Saint-Rémy-de-Provence, en Francia, dónde pasó el resto de su vida y desde dónde pintó el cuadro que nos ocupa hoy, uno de los 410 que pintó en su último año, de los 900 pinturas en total; dibujos a parte, 1600. 

Vincent pintó muchísimo, pero sólo vendió 1 pintura en vida; pensó que igual con los años, sus obras serían entendidas por un público muy distinto del de la sociedad que le tocó vivir, y así fue.

De nuevo, nos hayamos ante un caso dónde pudiera relacionarse la neuropsiquiatría con la creatividad; acordémonos de Munch. 

¿Qué sucede? ¿Qué es primero? ¿La enfermedad o la creatividad? O, ¿el ser creativos predispone a desarrollar este tipo de enfermedades mentales? 

Y aquí entraría también la gran pregunta: ser creativo, ¿se nace o se hace? 

Me voy de tema… Sólo quería, como siempre, incitar a la reflexión, la vuestra por supuesto. A pesar de mis elucubraciones, se dice que las continuas crisis llevaron al artista a pintar de manera frenética. Así pues, cuando acababa una obra, inmediatamente después empezaba otra; de ahí la friolera cifra por ejemplo, de 70 cuadros en dos meses.


Podría estar líneas y líneas aportando más datos biográficos que inundaron la obra artística del pintor, pero quisiera acabar describiendo lo que produce en mí La noche estrellada. 

Para mí, esas curvas que inundan la pintura son halos de esperanza que brillan, esperanza de vida, la vida de un yo potente que podría ganar a la muerte, o no.

Comentarios

  1. Excelente interpretación, Silvia. Me ha encantado, Van Gogh también es uno de mis pintores favoritos, sentí algo parecido a lo que cuentas al ver en Oslo el cuadro de El grito de Eduard Munch, o Las señoritas de Avignon en el Museo de Arte Moderno de New York, en este caso no por el tamaño, sino por ver una pintura que tantas y tantas veces había visto en los libros de texto y que me causó una especie de pellizco por dentro.

    El artista crea con un significado propio, pero debe estar abierto a la interpretación. Crea para sí mismo, pero también para su público, con la total libertad de que el observador pueda interpretar la obra según sus propias experiencias. ¡Besos!

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    1. Muchas gracias por pasarte y dejar tu comentario. Así es, esas obras que tanto hemos visto en las aulas y por fin los vemos tal cual son, "en vivo". Totalmente, el artista evidentemente crea a partir de su punto de vista, pero muchos lo han verbalizado que buscan "provocar" al espectador y buscan esa multitud de interpretaciones, porque no hay una única, ni siquiera la del propio pintor.

      Y respecto a la obra de Picasso y que yo también, personalmente siempre me quedo un buen rato admirándola en el MOMA, tendrá un post dedicado en breve; es una obra que me llama muchísimo la atención, y ahora que me he enterado que fue el pistoletazo de salida del Cubismo, aún más.

      Un besazo guapi, estás siempre invitada a este espacio!

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    2. Tienes toda la razón. Aún recuerdo con cierta tristeza cuando en clase de lengua el profesor ponía límites a las interpretaciones, porque el poema de uno u otro autor ya tenía un sentido según él, y si bien eso era cierto, poner límites a la creatividad, aunque sea a la del espectador, me parece una falta de sensibilidad artística. Espero pronto ese post que prometes. Besos.

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    3. Muy interesante lo que planteas: de interpretaciones hay tantas como distintas personas, y antes la enseñanza era muy cuadriculada, por suerte en eso hemos evolucionado, además que interpretación daba el maestro? La suya? La que se decía se atribuía al artista? Un besazo wapi! Y gracias! 😘

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  2. Wow cuanta informacion, no conozco mucho del tema, pero ese cuadro en especial, me gusta💕 y tu analisis me encanto!😊 gracias

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    1. Muchas gracias! Análisis pueden haber muchos y diferentes, tantos como interpretaciones distintas. Gracias por pasarte por el blog y comentar 🤗

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