Vuelvo al Renacimiento, vuelvo a Venus

Imagen extraída de https://uffizi.visitflorence.com/es/obras-de-arte/la-venus-de-urbino-de-tiziano/

Vuelvo al Renacimiento y vuelvo a Venus, pero esta vez es Tiziano. El florentino Botticelli me dejó maravillada, y el pintor de la escuela veneciana no iba a ser menos.

El cuadro de hoy se trata de un encargo, como tantas obras de esta época. Tiziano pintó a la venus púdica mientras residía en la corte de Urbino. Estamos ante un óleo sobre lienzo que no deja a nadie indiferente. Cuando conozcáis alguno de sus simbolismos o el significado de alguno de sus detalles, lo disfrutaréis aún más. Aunque siempre me he mantenido un poco escéptica ante este tipo de deducciones. Cierto que vienen de estudiosos, pero creo que todo artista debería hacer una cápsula del tiempo, depositando ahí lo que verdaderamente quiere comunicar en cada una de sus piezas de arte. Para mí sería algo totalmente auténtico y veraz, independientemente de las infinitas y variopintas interpretaciones que puedan darse en el variado público.

La Venus de Urbino, pintura de 119cm x 165cm, la podéis encontrar en la Galería de los Uffizi, en Florencia, exactamente igual que El Nacimiento de Venus, de Botticelli. Y, ¿sabéis qué? Hablando del papa de Roma… el color del cabello de las dos Venus es prácticamente el mismo, ¿no os parece? Luego vendrá mi parte más crítica, pero analicemos, en menos profundidad de la que me gustaría, esta gran pieza artística.

Aunque parezca mentira, es la primera Venus que pintó Tiziano; nada mal, por cierto para ser la primera, ¿eh? Menudo crack. Vayamos por partes. La diosa del amor aparece en primer plano, recostada en lo que podría ser una cama lujosa, completamente desnuda (sólo lleva una pulsera y unos pendientes). Con su mano izquierda tapa su sexo y con la derecha sostiene un ramillete de flores. A los pies de la cama hay un perro bien acurrucadito. Todos sabemos del significado de los perros en las pinturas y en la vida, fidelidad. Pero, ¡qué cosas!, aquí aparece dormido. ¡Qué pillo Tiziano! Podría interpretarse entonces como todo lo contrario, una Venus, lejos de la deidad, carnal (el perro la aproxima a lo terrenal) y adúltera. Así, Tiziano plasma a una mujer real con nombre de diosa, una Venus que mira fijamente al espectador, segura y orgullosa de su belleza, colmada de seducción y erotismo.

Ya hemos comentado el plano principal, ocupado por la sensualísima Venus. Pero no olvidemos los planos de atrás, en los que aparecen las criadas realizando sus tareas o más al fondo, el exterior del palacio, a través de un ventanal y su columna, que actúa como punto de fuga. Tiziano deja clara el dominio de la perspectiva en su obra; además de eso, las cortinas situadas a la izquierda dividen y hacen que nuestras miradas puedan distinguir en seguida los diferentes planos. 

Todo el cuadro está impregnado de un realismo importante; lo vemos en los detalles de las baldosas o de las paredes, por ejemplo. Pero vayamos ahora a comentarios más técnicos. No hay contraposición solamente en los colores, claros para el plano principal, Venus, colores más oscuros para planos secundarios, al fondo en este caso. También hay un contraste evidente entre las cortinas verticales o la columna del ventanal y la figura de Venus horizontal.

Hoy no me quiero extender mucho y quisiera hablaros antes de acabar del porqué de este cuadro. ¿Para qué se pintó? Como suele pasar, hay muchas hipótesis, pero una de ellas es que el hijo del duque de Urbino, que encargó pintar esta obra, querría regalarla a su prometida, para una vez casados colgarla en su habitación matrimonial. ¿Con qué fin? Aquí sale mi vena más feminista, que la tengo, un poco dormida, pero la tengo. ¿Qué quiere dar a entender el hombre, regalando el cuadro erótico de otra mujer a su propia mujer después de la boda? Obligaciones maritales de la mujer hacia su esposo. "Ya sabes para qué me he casado contigo, haz tus deberes, que són básicamente satisfacerme sexualmente", eso le diría él a ella. 


También se dice, que este tipo de cuadros los usaban en aquella época como si de una revista “playboy” se tratara, los mantenían en lugares ocultos, dónde sus dueños disfrutaban en sus ratos libres dándose placer a sí mismos.

Por otro lado, desde el punto de vista de la adolescente que se presta para que la retraten desnuda completamente, mostrando esa seguridad, porque se siente bella, esa libertad del poder sentirse como una quiere, me hace ver que ella tiene el poder, ella seduce porque le gusta, pero nada más lejos de la realidad. ¡Qué confuso todo! ¿Orgullosa por sentirse amada o deseada? No importa, se siente, y con eso basta. Entre lujo, deseos y erotismo, ella siente, y hace sentir. ¿Qué importa todo lo demás?


¡Un abrazo y mil gracias por estar ahí!




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