Entre genios crece el arte


—Silvia, ¡nos han copiado un paso!

Esta queja se repite cada 3r trimestre, cuando mis alumnos preparan en grupo una coreografía de baile.

Mi respuesta: 

—Las buenas ideas se copian.

Imaginaros la cara que suelen poner. No se quedan convencidos ni satisfechos, claro.

¿A qué viene esta anécdota?

Después de una semana de descanso en EmocionArte, hoy, día de celebración de Sant Jordi en Catalunya, vengo romántica y dramática a la vez. Hoy conjugo dos artistas fuera de serie: Shakespeare y Dalí; así sin nombre, como si los conociera de toda la vida.

La verdad sea dicha, no era consciente de la existencia de unas litografías basadas en la gran obra literaria del dramaturgo y poeta inglés, Wiliam Shakespeare “Romeo y Julieta”, interpretada, en este caso pictóricamente por Salvador Dalí. En 1975, el artista ilustró una edición de lujo limitada, publicada por la editorial Rizzoli, 10 litografías que iban en un estuche de seda roja. Pero, Dalí no sólo ilustró Romeo y Julieta, antes, en el 1946 lo hizo con Don Quijote, en el 47 fueron los ensayos de Montaigne y en el 69, Alicia en el País de las Maravillas.

La idea de reflexión del post de hoy, en la que intentaré plasmar mi posición acerca de las nuevas miradas, versiones e interpretaciones de grandes obras maestras, viene propuesta por The_J0ker_King, admirador del arte y de la cultura en general.

¿Hasta que punto estas nuevas interpretaciones estorban al espectador?

¿Debieran tenerse en cuenta aspectos éticos antes de “interferir” presuntamente en el significado de una obra?

Intentaré reflexionar en torno a estos interrogantes, pero nunca dar respuesta; ya sabéis que para mí no existe la verdad absoluta de nada, y menos en el arte.

Antes, me gustaría poneros en situación.

Esta es la litografía daliniana escogida:

culturacolectiva.com

Potente, ¡eh! Al verla por primera vez, lo que más me llamó la atención fue esa calavera. Me dio muy mal rollo, todo hay que decirlo, pero mucho mucho. Después ya vi los cuerpos en negro tumbado e incorporado en la parte inferior de la composición, la luna simulando la escena nocturna, las cortinas rojas, por supuesto, amor, pasión, drama, sangre, muerte, mil y un elementos y simbolismos de por medio, y ya en última instancia, vi por fin dos cuerpos azules alados en el centro, más bien arriba, separados por la muerte, que al principio me pasaron inadvertidos para mí.

¡Buff! Es tremenda esta obra, ¡eh! 

¿No os recuerdan los colores y algunas líneas a algún cuadro de Joan Miró? Rojo, negro, azul, algún toque de amarillo, dorado, líneas curvas, líneas en cruz, … Miró total, para una servidora, aunque con connotaciones trágicas, evidentemente.

Bien, esto último era un suspiro o un kit-kat para ahora volver al tema, que tiene tela. 

Veamos, os voy a contar el proceso. Busqué por internet a qué acto y escena podía referirse esta litografía de Dalí, pero que no os engañen, no todo se encuentra en el mundo 3.0, al menos yo no lo encontré, así que lo que hice fue leerme la obra de Shakespeare. Mira que he leído clásicos, pero éste todavía no había tenido la ocasión de disfrutarlo; ahora ya sí. Debo decir que el lenguaje antiguo me ha hecho difícil a veces la comprensión rápida e inmediata, pero quizás es eso, que estas grandes obras deben saborearse poco a poco, porque ahora, al haberla acabado me doy cuenta que tiene una de filosofía, ética y reflexión toda ella, brutal, pero esa no es la cuestión hoy.


Seguramente soy de las pocas que faltaba por leer “Romeo y Julieta” y por eso no va a hacer falta resumírosla. Sí que me gustaría incidir en la parte final, que creo es a la que se refiere la pintura de Dalí, es decir acto 5 de la obra del inglés.

Atención, spoiler, no sigas leyendo!

Acto quinto - Escena III, la última

Centrémonos, porque suceden tantas cosas en esta escena… 

Paris, el joven hidalgo deudo del príncipe y prometido de Julieta, se presenta en el cementerio dónde dan sepulcro a los Capuletos, a dar última ofrenda a su amada muerta. Entra Romeo y se descubren. Se baten. Paris muere. Romeo, viendo a su Julieta muerta se toma el veneno que compró al boticario y muere. Después, aparece Fray Lorenzo, el que ayudado siempre a la pareja y descubre el percal. Despierta Julieta, tal y como estaba planeado y descubre la copa de veneno en manos de Romeo. Antes de que lleguen los guardias, Julieta coge el puñal de Romeo y se hiere con él, muriendo más tarde.

Volvamos ahora a la litografía de Dalí…


Igual estoy equivocada, lo más seguro, pero diría que esta escena III se corresponde con la pintura que nos ocupa hoy. Si os fijáis, en el suelo yace en negro Julieta, intuyo por el pecho abultado y a la derecha, medio incorporado, intuyo también, Romeo, supongo en el momento que la ve muerta y se dispone a tomarse el veneno. Los mismos, la pareja está dibujada en azul, como si de ángeles se trataran más arriba, separados por una calavera, la muerte.

Ese amor pasional, pero enfermizo, dramático, trágico, perdura más allá de la muerte. El fin terrenal no es el fin de las almas.

Luego, la presencia constante del rojo, en las cortinas, haciendo total referencia a la obra literaria del dramaturgo; eso, o “la vida es puro teatro”.

Y aquí llegamos al quid de la cuestión: 

¿Nos gusta esta interpretación de Dalí?

¿Hasta qué punto es fiel a la obra de Shakespeare?

¿Y si os digo que el inglés creó esta grandísima obra literaria universal basándose en la traducción inglesa de un cuento italiano de Mateo Bandello? ¿Cómo os quedáis? No sabemos si es cierto, es lo que cuentan algunas críticas literarias. El dramaturgo leyó, relacionó e innovó historias de la época. Y Dalí, un artista muy influyente en su época, lo que hizo fue reinventar esta obra clásica.

Cuando leemos, escuchamos música, observamos una obra de arte, esa obra pasa por un filtro subjetivo, queramos o no. Nuestro yo, nuestro pensamiento, nuestra vida, experiencias, ideología, cultura, modifican seguramente la concepción inicial que tenía el artista. Pero ahí se queda, en actitud pasiva por parte del espectador, porque sólo leo, miro, admiro, escucho, pero no hago, me lo quedo para mí, o lo puedo compartir y difundir.

¿Qué sucede cuando hago mi interpretación, mi versión, mi subjetividad de esa obra y la llevo a un distinto plano? 

¿Estoy siendo infiel al artista? 

¿Estoy pisando su obra? 

¿He dejado de banda la ética, para convertirme en ladrón de ideas?

Pues habrá distintas y variopintas opiniones, tantas como personas en el mundo, pero mi opinión es que desde el respeto al artista y a su obra, no pasa nada por interpretar y versionar. Siempre que no dejemos de lado la admiración por el artista original y conocer previamente su obra para poder respetarla, no hay problema. Ya lo suponíais supongo por el inicio de este post. 

Y para que veáis que así es, se me ocurrió enseñarle la litografía a mi peque de 3 años y cuando la vio puso una cara como diciendo, mamá qué quieres que haga con esto ahora? 

—Emma cariño, mira este cuadro, ¿intentamos hacerlo igual?

Manos a la obra que se puso, junto conmigo guiándola un poco, claro. Mi sorpresa vino cuando dejó de copiar y empezó a incorporar manchas de otros colores que no salían en el cuadro.


—¿Cómo es que pones esos colores si no aparecen?
—Mamá, a mí me gusta “de colorins”.

¡Qué fantástica la mente de los peques!

¿Por qué nos hacemos grandes?

Su versión, la de la peque parece ser menos dramática, hasta alegre diría.

¿Qué os parece a vosotr@s?



Comentarios

  1. Primero por supuesto por descubrirnos estas litografías de Dalí basadas en grandes obras. Segundo por enseñarme a buscar significado a una pintura. Tengo que reconocer que me gusta ver la pintura pero jamás consigo sacarle ese sentido profundo. Quizás soy más de otras disciplinas, pero cuando alguien te lo cuenta desde su perspectiva, llegas a ver ciertas cosas que no verías de otro modo.
    Gracias

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    1. Me alegro un montón Susana de ayudarte en ese sentido, de ver cosas, de quizás despertar tu sensibilidad hacia lo artístico pictórico, de hacerte pensar, más que satisfecha me quedo si consigo que disfrutes leyéndome. Es también vuestro espacio, lo sabéis, y te agradezco un montón que estés siempre ahí! Un besote wapi!

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  2. Nos quedamos con la versión de tu peque sin lugar a dudas :)

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  3. Que post tan interesante! Me encantan estas reflexiones. No conocía estas litografías de Dalí, gracias por descubrirmela de esta manera tan impactante.

    Yo también me quedo con la interpretación de tu peque, que grande es!! Un saludo.

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    1. Yo tampoco las conocía Maria, me las descubrió Jose y me pareció interesante abordar el tema que me planteaba de las interpretaciones en base a obras de otros artistas. Muchas gracias por pasarte y comentar! Hace a penas seis meses que empezaste tu aventura con el blog y parece que nos conocemos de hace mucho más! Un abrazote y gracias por lo del dibujo de la peque! Muakas!

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  4. Un post de lo más interesante, Silvia. Planteas un dilema que creo tan antiguo como el mundo, pues el arte en sí mismo ya es un constante intento de copia y reinterpretación de la propia naturaleza. Todos somos el producto de lo que hemos visto, de lo que hemos leído, de lo que hemos experimentado de primera mano o de las historias que nos han contado otros. Creamos realidades nuevas a partir de la interpretación que hacemos de todo eso que atesoramos consciente o inconscientemente. Ninguna de esas creaciones puede considerarse original, porque no ha surgido de la nada, pero tampoco un plagio, porque cada persona o cada autor o cada artista compondrá una versión muy particular y exclusiva de lo que está viendo, oyendo, leyendo o recordando. Y, sin duda, Emma está hecha una artista y tiene muy claro lo que quiere transmitir. Tiene a quien parecerse.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Que bien visto Estrella el concepto, la esencia, la naturaleza como comentas como elemento de inspiración artística, todo lo que nos rodea, me encanta tu apreciación. Es cierto, que cada obra es única, pueden ser versiones pero, únicas y originales. Me es tan gratificante poder intercambiar palabras con vosotros acerca del arte, de la vida, reflexionar juntos. Este espacio nuestro que es el blog es para mí un oasis de tranquilidad y crecimiento personal, muchas gracias por la parte que te toca. Un fuerte abrazo Estrella!

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  5. Preguntas qué nos parece? A mí espectacular! Un post de verdad grandioso, Silvia. Cuánto disfruto cuando analizas obras de arte, me encanta! Y creo que cada una de tus apreciaciones sobre la obra es certera. Esta obra tiene muchísima fuerza y expresividad y lleva escondidas muchas pistas y detalles que al principio pasan desapercibidas. Qué genial, Dalí! Es un artista tan lleno de matices que resulta muy complicado abarcarlos todos, tan barroco en sus expresiones artísticas. Y enlazarlo con otro genio como Shakespeare todo un acierto. Para rematar, nos muestras el innegable talento de tu peque, con su increíble interpretación de la obra. Magnífico, de verdad. Un besazo!

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    1. De verdaf Pilar, no sabes lo feliz que me hace leer tu comentario. Es verdad, es una obra con mucha fuerza, bueno ambas, la teatral también. Gracias por pasarte y comentar Pilar! Muakas!!

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