Hace relativamente poco que conozco a Lucía, @LuciaPradillos en Twitter, pero se ha estrechado tanto la relación entre las dos, que parece que la conozco desde hace mucho tiempo. ¿Qué es lo que nos unió? Adivinad... Leyendo el título de este post, está más que claro, la POESÍA.
Lucía es escritora de ciencia ficción, terror y poesía. Ha sido premiada en certámenes internacionales como el convocado por Hispanic Culture Review o por la editorial Literary Edition (EE.UU.) En el ámbito nacional obtuvo, entre otros, el primer premio ex-aequo en el concurso Imágenes de Madrid 2015 y fue finalista en el convocado por la Fundación de Derechos Civiles Asamblea Juvenil. En cuanto a publicaciones, aparece en la Antología Horror Queer de la Editorial Cthulhu y en Relatos de Liliput de la Editorial Serendipia.
¡Menudo caché, eh! A pesar de ello, que por supuesto es importante, quisiera destacar de Lucía antes de darle paso, la grandísima persona que es, siempre echando una mano, sin esperar nada a cambio. Sin ir más lejos, hoy os va ayudar a aquellos más reticentes con la poesía, os va animar para que os iniciéis en su lectura, si os apetece. Le agradezco muchísimo su colaboración de hoy en el blog EmocionArte.
Este artículo no es una guía ni un manual de introducción. Si apuntaste en tu lista de propósitos probar cosas nuevas o empezar a leer poesía; sigue leyendo. Si no es así, añádelo ahora y continúa leyendo.
El censor de la poesía
El censor de la poesía
Puede que tu primer acercamiento a la poesía fuera en el colegio. Los poemas de Gloria Fuertes han aparecido en los libros de texto de Lengua y Literatura desde los tiempos de los tiempos. Quizás te llamó la atención, quizás no. Si lo hizo, es muy posible que terminases olvidando la escritura en verso por tener solo a mano cuentos infantiles.
En el instituto descubriste a Bécquer, a Espronceda y su Canción del pirata, rebautizada como Con diez cañones por banda o Con cien cañones por banda, dependiendo de cómo bailen los cañones en la memoria de cada uno. Es probable que en clase batallases contra el análisis métrico y en casa, con algún poema que debías aprenderte para el día siguiente. Así que en el examen expulsaste las figuras poéticas como la sinalefa y el anacoluto, que desaparecieron con más rapidez que con la que llegaron a tu cabeza.
Que te enseñen a analizar un poema es un conocimiento útil, por supuesto, pero para un lector que no lee poemas es tan útil como el que no lee novela y su primera lectura es hacer un análisis morfológico y sintáctico: la lectura se convierte en una actividad tediosa.
Tu historia a lo mejor no fue exactamente así, pero pasados los años se ha despertado un interés en ti por leer poesía, como muchas de las actividades que un día llegamos a odiar y retomamos de adultos por curiosidad. Si ese es tu caso, olvida todo lo que creíste saber, porque el único censor de la poesía es uno mismo. Si siempre te has movido entre la novela y el ensayo o solo la novela, esa es tu zona de confort como lector. Le pasará lo mismo a una persona que lleve veinte años leyendo novela negra.
¿Qué te gusta?
Imaginemos que un amigo o familiar te quiere regalar un libro. No tiene ni idea de qué te gusta y quiere que sea una sorpresa. Estáis paseando y de repente, os topáis con una librería. No tiene nada que ver que con que el GPS indique que está a dos minutos de donde habéis quedado. Todo es pura casualidad. Tu acompañante se para en el escaparate comentando las novedades e insiste en entrar. Le sigues y vas directo a una sección. Y vale, confieso que el acompañante soy yo. No sé qué te atrae como lector porque no conozco tus gustos, pero tú sí. Aunque no hayas leído poesía, las temáticas que te atraen en novela son una orientación. Creer que la poesía es solo amor, es como decir que solo existe la novela romántica.
Entonces, sigamos imaginando que estamos en una librería dividida en subgéneros, pero esta vez el género es poesía, y vas leyendo los títulos, donde se ven con claridad el nombre de los poetas:
Terror: Edgar Allan Poe, Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud
Filosofía: Ida Vitale, Ingeborg Bachmann
Social: Blas de Otero, Miguel Hernández, Federico García Lorca
Romántica: Pablo Neruda, Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro
Estos subgéneros o temáticas son una clasificación aproximada que te pueden ayudar a elegir desde cero. No están clasificados por dificultad, pero en nuestra librería imaginaria de poesía hay una estantería con el nivel 1, justo abajo a la izquierda.
Nivel 1
El verso libre no tiene complicaciones de métrica. Benjamin Prado me parece un poeta perfecto para iniciarse. Abramos un poema suyo al azar:
Conduciendo bajo la lluvia,
la luna es del color de los coches que pasan.
Atrás queda el pequeño
hotel de carretera junto a un bosque.
Conduciendo bajo la lluvia,
en los jardines públicos brillan ángeles fríos.
Atravesando calles
tranquilas,
soledad edificada.
Conduciendo de vuelta hacia nosotros mismos.
La última frontera es nuestro corazón.
Cuenta una historia como en la narrativa, pero sin renunciar a la estructura en verso ni a los demás elementos que caracterizan a la poesía. Al ser un poeta contemporáneo facilita la comprensión. Otra opción puede ser el autor del poemario que ves al lado: Mario Benedetti. Leamos un fragmento de un poema suyo:
Hay
ayeres
y mañanas
pero no hay
hoyes.
Es reflexivo e intimista y no por ello renuncia a la sencillez. Fue muy prolífico, así que tienes donde elegir, pero me temo que la librería imaginaria de poesía va a echar el cierre por hoy. Antes de salir, te fijas en el letrero que un ávido lector de poesía que empezó a amar el género de adulto, dejó colgado:
Hola. Fantástica entrada, me ha gustado mucho. Ya estoy en blog como seguidora.
ResponderEliminarBesos y feliz semana.
Muchísimas gracias Carmen! Le transmito tu mensaje a Lucía, le encantará! Gracias por seguir el blog! Un abrazo!
Eliminar¡Mil gracias Carmen! Te agradezco mucho tu comentario y tu valoración😊¡Un abrazo fuerte!
EliminarPor cierto, soy Lucía y el mensaje anterior era mío. No me llamo Unknown jajaja.
EliminarMuy buen aporte el de Lucía, como todos los que vienen dados de su mano. La poesía, para mí, es ese caballo de batalla que todos hemos intentado domar en alguna ocasión, ¿quién no ha escrito versos en libretas durante su adolescencia para sacar de dentro su inconformismo, una ruptura con el ser querido, su amor más intenso o su faceta contemplativa? Más tarde se convierte en algo que solo unos pocos practican, tanto en su escritura, como en su lectura. Pero si uno consigue adentrarse en ese mundo, descubre auténticas maravillas. Para mí Benedetti es un monstruo del verso, por ejemplo. Desde la cercanía logra conectar de manera sencilla y rápida con el lector, o Neruda, cómo no, hay tantos... Curiosamente, confieso no ser una gran lectora de este género. Sin embargo, en el último mes he recibido dos regalos de dos amigos maravillosos que pensaron en mí de forma poética. Me explico, uno de ellos fue a Portugal y me trajo el libro "Poesía de Fernando Pessoa" Una antología de poemas de Fernando Pessoa junto a Alberto Caeiro, Ricardo Reis o Álvaro de Campos, solo que me la compró en portugués, y ahí estoy... jajaja. Y otro amigo apareció hace poco con un paquetito que contenía la "Poesía completa (1980-2018)" de Manuel Vilas. Así que la vida, y la amistad, algo de poético deben tener :-)
ResponderEliminarM.G. Aranguren
Aranguren, qué comentario más completo y reflexivo. Es que no has podido describir mejor la evolución personal de la poesía. Y es que es un género minoritario pero la satisfacción que genera cuando te adentras en él compensa rebuscar para conocer nuevos autores o hasta que en librerías y bibliotecas tengan una sección minúscula. Y te han hecho unos regalados. Sé que cuesta leer en otros idiomas. Aunque se crea que el portugués es sencillo por las semejanzas con el español, tiene su aquel. Además que al leerlo en su idioma original conserva la sonoridad y la palabra exacta. Así que ¡más amistades poéticas! Un abrazo bien fuerte.
EliminarLucía
Esos regalazos sólo pueden hacérselos a alguien que ama las letras y las palabras en mayúscula 😉 Coincido contigo en el gusto por Benedetti y Neruda... debemos ser unas románticas al fin y al cabo. Que disfrutes de esos regalos poéticos tan maravillosos y me alegro que te haya gustado el post de Lucía! 😘
EliminarMe ha encantado la entrada y me ha sabido a poco. Como bien dices, yo tuve el acercamiento a la poesía como comentas, a manos de todos por los que has dicho que hemos pasado. Pero alrededor de los 11 años me sumergí en los poetas más conocidos: Federico García Lorca, Alberti y Antonio Machado. Me encantaban, sobre todo el primero. Me enamoré de sus poemas, de su intensidad y tengo varios libros de él. Luego un poco más adelante llegué a Becquer y... ¿a quién no le gusta Becquer? . Luego vino Benedetti aunque ya me fui separando un poco más de la poesía, y el último que me bebí el libro de amor fue Antonio Gala. No, no me gusta Neruda, no llego a entenderlo, supongo.
EliminarPero a pesar de haber leído, de haberme enamorado de ciertos poetas, no soy muy afín y me cuesta. Porque siempre que me hacen pensar en qué está pensando el autor.. no tengo ni la mas remota idea. Solo puedo decir si me gusta... o no.
Besos a las dos
He ahí el error: no tienes que pensar el autor, tienes que sentir! Qué te hace sentir a ti cuando ll lees? En qué te hace pensar también? La poesía no hay que entenderla, sino sentirla! Gracias por contarnos tu experiencia Violeta, seguro que muchos se sienten identificados contigo, y espero que le vayas cogiendo el gusto a la poesía, so te apetece, besitos fuertes, mi niña! 😘
Eliminar¡Hola, Violeta! Soy Lucía. Mil gracias por compartir tu viaje poético vital. Como te dice, Silvia, solo siéntela. Los textos son polisémicos y a veces ni el autor sabe lo que quiere decir, como en las vanguardias o en la escritura automática. Quédate con la esencia, con las emociones...y con aquellos poemas que te llenan😉¡Un abrazo fuerte!
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