¡Atrévete a escribir poesía!

No veo la manera de contaros lo mucho que me aporta escribir poesía. Aunque ya lo debéis saber, claro. Hacer poesía es un viaje a mi interior y nuevamente al exterior. Me explico: traduzco en pocas palabras, más o menos bellas y con una pizca de musicalidad, todo aquello que vivo y, sobre todo, que siento.

Posiblemente, necesitéis que lo desarrolle un poco más, así que he decidido documentarme y aprovechando la lectura del libro que os referencio en la foto de más abajo, en el post de hoy os daré a conocer aspectos muy importantes y necesarios, creo yo, para adentrarse en la expresión escrita mediante versos.

Escribir Poesía
Las respuestas a los interrogantes que todo poeta se formula
Rivadeneira, Ariel Lucas
Barcelona: Alba, 2002

¿Por qué escribir?

Aquí podríamos hablar de inspiración, de impulso interior. Escribo porque siento la necesidad de sacar lo que llevo dentro. Si no existe esta necesidad, entonces no hay inspiración, y por lo tanto tampoco producción. A la vez, escribir es una manera fabulosa de alimentar ese mundo interior que comentamos. La escritura es también, el modo idóneo para concretar un deseo imaginado.

Antes, los trovadores hacían llegar noticias, comentaban las tradiciones del lugar para que no se perdieran, todo en forma de verso. Pero ahora, no hay razón lógica para escribir poesía, no hay un fin real diario, una necesidad que cubrir de cara a la sociedad, como la había hace siglos. Entonces, ¿por qué escribir poesía?

¿Por qué escribir poesía?

Poesía podría ser transformar en música y mediante símbolos lo que nos ocurre todos los días, pero yo añado, lo que nos ocurre y lo que sentimos. Es una creación libre. Y lo vuelvo a repetir: el poema es una creación libre. Crear en libertad. ¿De verdad no os atrae eso? A mí, muchísimo. Es un modo de llevar emociones y sensaciones al papel. Es una manera de construir rítmica e incluso armónicamente. Poesía es energía, es sentimiento, magia, actitud, sueños y deseos. ¿Quién da más?

Cuando escribo poesía hay un choque entre mi interioridad como poeta y el mundo que me rodea. Por lo tanto, un poema no debe tener sólo sonido, sino también sentido. Hacer poesía es muchísimo más: es un modo de vivir y de percibir el mundo. Como veis, los estímulos que llegan a mí son cruciales, pero también la manera como están relacionados conmigo.

Y pensando en el lector, un poema no sólo debe conmover, también proponer nuevas visiones, otras maneras de ver las cosas. El poeta transmite convicciones, impregna sus palabras de una magia indefinible que hace que el que las está leyendo se impresione, se inquiete y no sea el mismo después de su lectura.

Grafiti: "La poesía ha vuelto, y yo no tengo la culpa"

¿De dónde viene un poema?

¿Tienes algo que contar?

¿Te sientes sola?

¿Hay algo demasiado nostálgico en ti que necesitas sacar afuera? 

¿Te has enamorado?

¿Sientes la necesidad de expresar tristeza, felicidad, …, en definitiva emociones?

.

.

Planteados estos interrogantes, quisiera aclarar que desahogarse no es escribir poesía, sino textos íntimos no publicables, en principio.

Un poema puede venir de una circunstancia inmediata, de una reflexión, incluso del misterio. Poesía es experiencia vivida y sentida, más imaginación. El que escribe poesía tiene un objetivo impreciso. Un poeta incentiva sus emociones y sus reflexiones, pero también la práctica cotidiana: el poeta se hace escribiendo.

Cuando el cerebro está dormido, que parece que la inspiración se fue volando y no hay manera de que regrese, hace falta recurrir a otras fuentes de ideas. Más abajo te las voy a detallar, pero antes decirte que para escribir es recomendable leer, dejarse influir, y no sólo leer poesía, también otro tipo de lecturas, como: ensayos, cuentos, novelas, …., aquello que te enriquece, que te atrae, aquello que pone en marcha tus emociones.

¿Cómo escribir poesía?

Un poema debe inquietar o emocionar, eso ya ha quedado claro en los apartados anteriores. Pero, ¿cómo lo hago? Debería haber un equilibrio entre lo que se dice y lo que no. Es decir, no hay que expresar de forma directa ni explicativa, sino que hay que sugerir, no decir “todo”. Cuidado, que no hay que ir tampoco al otro extremo, lo que quiero expresar debe entenderse, si no el lector se encontrará con un hermetismo que no le permitirá acceder a nuestro interior o al significado de lo que queremos transmitir.

Para ello, me remito al principio de condensación. Este aspecto lo destacáis muchísimo en vuestros comentarios la familia EmocionArte, cuando comparto con todos vosotros poesía escrita por mí. Cuando escribo poesía, condenso el lenguaje: digo más de lo que parece que digo. Pero eso no hace que el poema pierda coherencia, si no el lector se perdería. Esta condensación es compatible también con la progresión y el crecimiento de la idea en el poema, aunque sea breve.

Resumiendo: para escribir un poema, economiza las palabras como si estuvieras escribiendo un telegrama, pero sin olvidar los aspectos anterior y recientemente comentados.

Concretemos un poco más…

- Escribe con exactitud.

- Maneja de manera precisa tus pensamientos e imágenes.

- Estructura adecuadamente.

- Poesía no es colocar las palabras en columna.

- Usa el diccionario y siéntete intrigada por las palabras.

- Que no haya una acumulación de ideas: se convertirá en un discurso caótico o en una prosa descriptiva, pero no en un poema.

- No exponer generalidades, especificar. El lector debe poder “ver” el cuadro que el poema va pintando. No veré un paisaje hermoso simplemente, veré por ejemplo, el reflejo del atardecer sobre los robles. Esto es especificar.

- Escribir en el instante que aparece la imagen mental, ya que luego puede esfumarse. Si parece que viene la inspiración, pero en seguida tu mente se queda en blanco, toma notas y espera, ya volverá (la inspiración). A mí, muchas veces me pilla tomando un café en la cafetería, por eso siempre llevo mi libreta y mi bolígrafo encima, o en la cama, al acostarme, por eso dejo el móvil en modo avión justo al lado en la mesilla con la app bloc de notas a punto.

Estos son algunos consejos grosso modo, pero lo principal es que cuando escribas estés trabajando la emotividad, que lo escribas con pasión, que al leerlo, tú misma te conmuevas.

Otras fuentes de ideas para escribir poesía

- Recuerdos: no sólo sucesos, también reacciones, sensaciones experimentadas.

- Sueños: superposición de escenas, rostros olvidados, esbozos, lo imposible, lo apetecible, lo deseado.

- Momentos vividos: tu mirada ve e interpreta.

- Experiencias emocionales fuertes.

- Abre un libro y hazte con una serie de palabras al azar.

- Parte de un cuadro colgado en tu habitación, o de una fotografía y lánzate a escribir.

- Escoge una pintura.

- Parte de una noticia.

- Entreteje dos asuntos completamente distintos.

- Experimenta con todo lo que encuentres a tu alrededor.

.

.

Musicalidad en verso

Este apartado podría habérmelo ahorrado, por lo menos en este primer post introductorio, de aproximación a cómo iniciarse en la escritura de poemas. Pero, teniendo en cuenta mi amor por la música y el arte en general, y el interés personal por recitar, por hacer llegar esa música entre palabras mediante mi voz, he creído imprescindible darle un lugar.

El ritmo está en cada momento de la vida, también en los versos. En poesía, la musicalidad es el resultado de la combinación de consonantes y vocales, y de la duración de los versos. Antiguamente, la poesía se asociaba con la música. Los versos clásicos se respaldaban en una alternancia regular de sílabas largas y breves, dando lugar a un efecto armonioso, la rima.

La rima puede ser consonante, si coinciden las últimas consonantes de las últimas palabras de los versos, asonante, si sólo coinciden algunas vocales, o puede haber también, poemas sin rima o rima libre. ¿Cómo debe ser la rima? Como tú quieras. Tú también decidirás en qué momento emplear las pausas, un elemento clave que da ligereza y musicalidad a tu poema. ¿Qué ritmo te impone tu más íntimo sentir? También en la sonoridad del poema reside tu propio yo, ¿qué te pensabas?

Versos y rima nos llevan a hablar de estructuras fijas o verso libre, si es que prefieres evitar el encorsetamiento o el bloqueo que pueden llegar a producir una organización de versos tan definida y limitada.

No obstante, hay gente a la que le ayuda precisamente tener una estructura más fija, que se convierta un poco en lo que vendría a ser su pauta de escritura poética. Por eso, os detallo a continuación, muy brevemente, las estructuras fijas más comunes y utilizadas:

ALGUNAS ESTRUCTURAS POÉTICAS FIJAS

- Romance: número indefinido de versos de ocho sílabas, rima en los pares.

- Soneto clásico: catorce versos endecasílabos, de once sílabas cada uno, distribuidos en dos cuartetos (rima ABBA) y dos tercetos (CDC DCD o CDE CDE). En ocasiones, la rima del cuarteto puede ser ABAB.

- Soneto modernista: versión del soneto clásico, pero con versos alejandrinos, de catorce sílabas. Tipo de soneto introducido por Rubén Darío (1867-1916). 

- Haiku: originario de la poesía japonesa, poema breve de diecisiete sílabas, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente.  

Y hasta aquí el post de hoy, que tiene el único objetivo de picaros la curiosidad, de ayudaros a romper esa barrera que tenemos a veces a la hora de expresar nuestro interior con palabras, como digo, más o menos bellas. 

Crear arte no tiene precio, pero hacerlo con la palabra es algo al alcance de todos, pues todos usamos las palabras en mayor o menor medida. Cultivar ese gusto por lo bello, también por escrito, sólo se consigue de una manera, principalmente. Es obvio, pero: escribiendo. Nadie nace poeta, se hace leyendo y escribiendo mucho muchísimo, y abriéndose, por supuesto. No perdáis la oportunidad de ser libres, una vez más, mentes inquietas.

¿Ya sabéis lo que os voy a decir, no? 

¡Mil gracias por estar ahí, familia!

¡Un abrazo fuerte!