Reseña Literaria: "Falcó"

A decir verdad, nunca he sido una lectora empedernida, y eso que en casa tenía el modelo materno, siempre con un libro en su mesita de noche; eso sí, casi todos de suspense e intriga. Yo tengo mi humilde biblioteca en casa, con grandes obras literarias, creo, y otras más actuales, pero digamos que la lectura no es uno de mis grandes hobbies por ahora, pero sí leo siempre que puedo (poder es querer, lo sé, debería organizarme mejor). De un tiempo a esta parte he leído mucho manual de embarazo, parto y posteriormente maternidad, pero cuando he comprobado que la realidad supera al libro, los he dejado a un lado y he vuelto a las novelas. 

Hoy me estreno en las reseñas de libros para adultos (os recuerdo que escribí una infantil aquí), ni más ni menos que con Falcó, de la famosa serie de Arturo Pérez-Reverte. Al escritor y miembro actual de la Real Academia Española de la Lengua (digo actual porque alguna vez ha insinuado, no amenazado como dicen algunos, que dejaría la Academia por motivos de género en el lenguaje), lo sigo en Twitter desde hace algún tiempo. 

Me gusta mucho muchísimo su manera de hablar, el cómo lo dice, aunque a muchos sé que no, que más bien les provoca aversión. Para mí tiene un lenguaje mordaz, un pensamiento ágil, y a pesar de ser un poco impulsivo, en el fondo todos sus mensajes son tremendamente respetuosos. Se muestra, a través de la red social, muy cercano a su público, e incluso al que no lo es. 

Pero hoy no os vengo a hablar de él, que tampoco lo conozco como para soltar aquí mil y una líneas, pero sí de su libro. Leí en uno de sus tweets que estaba acabando de corregir su tercer libro de la serie: Sabotaje, y que para octubre estaría ya a la venta. Pensé que el veranito era una fantástica ocasión para empezar, y calculé que para el décimo mes ya habría leído Falcó y Eva (el segundo de la serie). Y con este último estoy disfrutando ahora mismo.

Aunque como he dicho, hoy os vengo a hablar de Falcó. No de lo que trata, claro, sino os descubriría el pastel; eso ya lo haréis vosotros, o no. O tal vez ya lo habéis leído, porque la primera edición data del 2016, pero aún así me gustaría compartir con vosotros mis impresiones después de su lectura. 

Chulo, pillo, leal, a veces insolente, a veces sentimental. También descarado, atractivo, conquistador, profesional, autónomo e independiente. Frío y sin escrúpulos, cuando no toca tenerlos. Sin miedo a nada o casi nada, ávido y peligroso, a la vez que prudente, ambicioso y ganador, aunque de vida incierta; como en el libro dice su autor: “un lobo en la sombra”. Así es Lorenzo Falcó, el protagonista del libro. Perdonad por la retahíla, pero es un personaje que me ha fascinado. Ya lo dicen muchos lectores, o te encanta o lo odias; pues a mí, lo primero.

Ni la historia de España, ni la de ningún lugar me ha atraído nunca. Imaginad mi nota en tal asignatura en el instituto. No había manera de que me quedara con fechas, ni acontecimientos, ni nada. Interés cero. Pero siempre he tenido el gusanito ahí con el paso de los años. Pensé que empezando por Falcó podría ponerme en situación, concretamente en el año 1936 en España; y ya sabéis todos lo que ocurrió ese año, no hace falta que os lo diga. Debo deciros que gracias a esta obra de Arturo Pérez-Reverte he conocido algo más de los dos bandos (ya tenía pinceladas, gracias a mi abuela, que vivió la guerra alrededor de su mayoría de edad). Igual es ahora, precisamente mi edad, cerca de los 40, que ya me hago mayor, y parece que estas cosas me van entrando con más facilidad que antes.

Falcó no pertenece a ninguno de los dos bandos, así lo afirma él mismo. Nuestro protagonista pertenece al servicio de inteligencia, un espía que anteriormente se dedicaba al contrabando de armas. Recibe encargos y los lleva a cabo, infiltrándose, conociendo a gente, menos o más profundamente y viviendo su vida al límite.

La verdad es que, no me gustaría adelantaros nada más de la novela. Hay que aclarar que mezcla realidad y ficción, y eso la hace más interesante. Entre medio hay tramas que te mantienen en suspense y hacen que el libro pueda leerse en poquísimos días. Es de escritura ágil, con muchos diálogos fantásticos, que ayudan a una lectura dinámica. El libro inicia con un suceso más que fuerte, luego hay unas pocas páginas que seguramente, han sido las que más largas se me han hecho, pero que ahora veo son de vital importancia para centrar al lector y ponerlo en situación; a partir de ahí, todo pasa volando, ya digo.  

Antes de terminar la reseña, quisiera dejaros unos fragmentos, de esos que necesitas casi subrayar con lápiz (soy de las que piensa que un libro no debe escribirse, ni siquiera con punta de carbón).

“(…) —Pero siempre es bueno saber de qué pie cojeamos.

 (…) —Yo cojeo según el pie que me pisen.” 

Esto último lo contesta Falcó, claro, con actitud chulesca.

“— Estamos en una revolución del pueblo, compañero. La riqueza se reparte.”

Y esto no lo dice Falcó, por supuesto que no. Pero qué curioso, una frase de aquella época que encaja tanto en nuestra realidad actual. Da que pensar. Igual no hemos avanzado nada. Igual todo en esta vida es cíclico. Reflexionad, sin ideologías de por medio, si es posible.

¡Un abrazo y mil gracias por estar ahí!